USAID: desfinanciar AGRA, apoyar a los agricultores africanos

ANTECEDENTES

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), financiada a través de asignaciones del Congreso de dólares de los impuestos, es uno de los principales contribuyentes a los programas de desarrollo agrícola en África y en todo el mundo. La USAID se ha alineado cada vez más con la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA), una iniciativa muy impopular creada por las fundaciones Gates y Rockefeller en 2006 para promover una agricultura industrial intensiva en productos químicos y dominada por el sector privado en África. En 2011, USAID destinó 5,2 millones de dólares a AGRA, y sigue siendo un importante socio financiero de muchos de sus programas (por ejemplo, en 2020 aportó 14 millones de dólares al programa PIATA de AGRA, que una reciente evaluación ha considerado un fracaso). AGRA ha fracasado en sus propias metas de aumentar los rendimientos agrícolas y reducir el hambre. Las organizaciones de agricultores africanos se han pronunciado repetidamente en su contra y han exigido que los donantes dejen de financiar a AGRA. Sin embargo, USAID ha expresado su intención de seguir apoyándolo, incluso en medio de numerosos informes de fracaso. 

Los agricultores africanos y las organizaciones civiles han presentado recientemente su caso a los miembros del Congreso de los Estados Unidos, animándoles a presionar a la USAID para que financie alternativas agroecológicas más prometedoras, especialmente ante un voto del Congreso para reautorizar la Ley de Seguridad Alimentaria Global este año. Mientras estos debates continúan en el Congreso, pedimos que la gente tome acción y le digan a USAID que ¡basta ya! Haz clic en el botón de abajo para añadir tu nombre a la carta y enviarla a USAID. 

Con suficientes firmas, le informaremos al Congreso los resultados de esta campaña, demostrando el amplio apoyo público a las demandas de las organizaciones africanas. ¡Por favor, comparte ampliamente y ayúdanos a llegar a las 10.000 firmas antes del 1 de Mayo!

*Esta llamada a la acción ha sido revisado y aprobado por la Alianza para la Soberanía Alimentaria en África (AFSA) -compuesta por 30 redes de la sociedad civil que en conjunto representan a más de 200 millones de agricultores africanos- y el Instituto de comunidades de fé en el sur de África (SAFCEI).

TEXTO DE LA CARTA

USAID: desfinanciar AGRA, apoyar a los agricultores africanos

A través del uso de dinero recopilado por los impuestos de contribuyentes, USAID ha financiado la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA), que beneficia a las empresas multinacionales a costa de los pequeños agricultores y el medio ambiente. Sin embargo, cientas de organizaciones africanas y organizaciones internacionales aliadas han pedido a la USAID y a otros donantes que dejen de financiar a la AGRA y a otros  modelos agrícolas industriales inspirados en la Revolución verde en el continente  africano. Mientras tanto, una reciente evaluación encargada por uno de los principales financiadores de AGRA, la Fundación Bill y Melinda Gates, ha descubierto que el programa PIATA de AGRA no ha cumplido con sus propios objetivos y metas.

USAID debe cambiar de rumbo y dar prioridad a la financiación de la agroecología [1], tal y como exigen los cientos de millones de pequeños agricultores africanos. Específicamente, la agencia debería:

  1. Dejar de financiar inmediatamente a la AGRA y otros programas basados en la Revolución Verde.
  2. Establecer un mecanismo formal de consulta con un amplio número de asociaciones, incluyendo agricultores africanos, grupos de la sociedad civil y movimientos sociales, y poner en marcha un proceso de seguimiento y evaluación que garantice que sus aportaciones informen a los programas de USAID. 
  3. Dedicar más fondos al desarrollo comunitario de la agroecología y a iniciativas que rompan las barreras estructurales y trabajen, de forma holística, hacia la autosuficiencia africana. (ver ejemplos en las notas a pie de página)

AGRA es un despilfarro y un uso poco sincero del dinero de los contribuyentes. Es un programa ineficaz que no merece ni la confianza de los donantes ni su subvención. 

  • AGRA no está “dirigida por africanos”. Menos de la mitad de los miembros de la junta directiva de AGRA son africanos, y la misma está registrada como una organización 501(c)3 en Estados Unidos, con su oficina legal en Olympia, WA. No hay ni una sola persona en el consejo que represente los intereses de los cientos de millones de pequeños agricultores, asociaciones de agricultores u organizaciones de la sociedad civil en África. 
  • A pesar de operar por 15 años, AGRA no ha conseguido mejorar la seguridad alimentaria en África. Desde el 2006, el hambre ha aumentado en un 30% en los países donde actúa AGRA, a pesar de que los aumentos en rendimiento agrícola fueron iguales a las tasas de aumento anteriores a AGRA. Además, los programas de AGRA han beneficiado primordialmente a los agricultores más grandes, ricos y comerciales, los que suelen ser hombres, y cuyo hecho entra en conflicto directo con el compromiso de USAID de empoderar a las mujeres agricultoras.
  • El área en la que AGRA ha demostrado un mayor impacto es en la presión a los gobiernos africanos para que cambien las leyes, los reglamentos, las estrategias y las políticas a favor de los intereses corporativos y extranjeros. Esto socava la capacidad de las comunidades para participar en el proceso de formación de políticas, impidiendo la democracia y la soberanía alimentaria y violando el derecho de las personas a una dieta nutritiva y sostenible y a un medio ambiente saludable.

Hay que parar de subvencionar a AGRA y dirigir los fondos a programas que tengan un historial de eficacia demostrado y un alto grado de apoyo local y de aceptación por parte de los pequeños agricultores africanos [2]. En concreto, las asociaciones de agricultores africanos y los líderes religiosos exigen explícitamente que los donantes financien la agroecología:

Al centrarse en la agroecología, USAID podría tener un impacto más positivo y sostenible en los agricultores, las comunidades y las economías.

Es hora de escuchar, aprender y adaptarse a las demandas locales: dejar de financiar las fallidas e impopulares iniciativas de AGRA, y apoyar en su lugar a los pequeños agricultores africanos.

[1]  La agroecología aplica principios ecológicos a la producción de alimentos, además de abordar cuestiones de equidad, justicia social y distribución justa. Para cumplir este criterio, los proyectos deben cumplir todos los principios clave de la agroecología.

[2]  Aunque hay infinidad de ejemplos, se pueden encontrar aquí algunos programas y organizaciones de este tipo. Entre ellos se encuentran Bio Gardening Innovations (BIOGI) en Kenia, la labor del Departamento de Agricultura de Tanzania en la aplicación de la agroecología, el Proyecto de Adaptación al Cambio Climático en Benín (PAda-Clim-Benín) y las asociaciones de mujeres y jóvenes agricultores de Casamance (Senegal), entre otras muchas iniciativas.